El café La Régence fue un famoso establecimiento parisino que se convirtió en el centro del ajedrez francés desde el siglo XVIII hasta el siglo XX. En sus mesas se sentaron algunos de los mejores jugadores, como Philidor, Morphy o Andersen. También fue el lugar de encuentro de intelectuales, artistas y políticos, que disfrutaban de las partidas y de las conversaciones. En este artículo, os contaremos la historia y la importancia de este café legendario, que fue testigo de la evolución y el esplendor del ajedrez.
Los orígenes del café La Régence
El café La Régence abrió sus puertas en 1681, en la plaza del Palais Royal, frente al palacio donde residía el regente de Francia, Felipe de Orleans. De ahí le viene el nombre, que se mantuvo a lo largo de los años, aunque el café cambió de ubicación en 1854, trasladándose a la calle Saint-Honoré hasta 1916.
El café La Régence se hizo famoso por ser el lugar donde se jugaba al ajedrez, que era un juego muy popular entre la aristocracia y la burguesía francesa. El ajedrez se introdujo en Francia en el siglo XV, y se adaptó a las reglas modernas en el siglo XVI. El café La Régence fue el primer lugar público donde se podía jugar al ajedrez, y pronto atrajo a los mejores jugadores y aficionados de la época.
Los grandes maestros del café La Régence
El primer gran maestro que frecuentó el café La Régence fue François-André Danican Philidor, considerado el mejor jugador del mundo en el siglo XVIII. Philidor también fue un famoso compositor de ópera, y combino la actividad musical con su pasión por el ajedrez. Philidor jugó en el café La Régence desde 1740 hasta 1795, año de su muerte. Allí dio exhibiciones de partidas a ciegas, simultáneas y con handicap, y se enfrentó a los mejores jugadores de Europa. Philidor fue el autor del primer tratado de ajedrez en francés, titulado “Análisis del juego de ajedrez”, donde expuso sus principios estratégicos y sus famosos finales de peones.
El sucesor de Philidor fue Louis-Charles Mahé de La Bourdonnais, considerado el mejor jugador del mundo en la primera mitad del siglo XIX. La Bourdonnais fue el fundador de la primera revista de ajedrez francesa, “LePalamède” y jugó en el café La Régence desde 1818 hasta 1840, año de su muerte. Dado que allí nadie podía ganarle, La Bourdonnais decidió viajar a Londres para enfrentarse al jugador más fuerte de Gran Bretaña, el irlandés Alexander McDonnell. Así nació uno de los duelos más famosos de la historia del ajedrez. El match constó de 88 partidas, de las cuales 44 fueron para La Bourdonnais y 30 para McDonnell, terminando en tablas las 14 restantes.
El siguiente gran maestro que brilló en el café La Régence fue Paul Morphy, considerado el mejor jugador del mundo en la segunda mitad del siglo XIX. Morphy era un prodigio del ajedrez, que aprendió a jugar observando las partidas entre su padre y su tío. Morphy visitó el café La Régence en 1858, durante su gira por Europa, donde derrotó a grandes jugadores, destacando su triunfo ante el alemán Adolf Anderssen, que para muchos era el mejor jugador de Europa. En su match ante Andersen, Morphy se impuso fácilmente ganando 7 partidas, perdiendo 2 y entablando otras 2.
El café La Régence siguió siendo el centro del ajedrez francés en los primeros años del siglo XX y por sus mesas pasaron varios campeones mundiales como Emanuel Lasker, José Raúl Capablanca o Alexander Alekhine. Lasker fue el campeón mundial más longevo, reinando desde 1894 hasta 1921. Capablanca fue el campeón mundial más elegante, desde 1921 hasta 1927, y Alekhine el más polémico, siendo campeón desde 1927 hasta 1935 y desde 1937 hasta 1946. Estos tres genios del ajedrez jugaron partidas memorables en el café La Régence, y también dieron lecciones, conferencias y exhibiciones.
Los ilustres visitantes del café La Régence
El café La Régence no solo fue el lugar de encuentro de los grandes maestros del ajedrez, sino también de intelectuales, artistas y políticos, que se interesaban por el juego y por la cultura. Entre los ilustres visitantes del café La Régence se pueden mencionar a los filósofos Voltaire, Rousseau y Diderot, a los escritores Balzac, Hugo y Dumas y hasta el emperador de Francia, Napoleón Bonaparte. Todos ellos disfrutaron de la atmósfera y el encanto del café La Régence, y algunos incluso jugaron al ajedrez con los maestros o entre ellos.
El café La Régence fue, sin duda, la cuna del ajedrez francés, y uno de los lugares más emblemáticos de la historia del ajedrez. En sus mesas se vivieron momentos de gloria y drama, de arte y ciencia, de pasión y amistad. El café La Régence fue el escenario de partidas inolvidables, lecciones magistrales, anécdotas curiosas y encuentros históricos. El café La Régence fue, en definitiva, el templo del ajedrez, donde se rindió culto al juego más fascinante del mundo.
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